Cuando era estudiante de preparatoria empezó a gustarme la docencia, se me hacia una labor muy interesante; porque a través de la educación se transforma a los individuos.
Cuando estudie la Ingeniería en sistemas computacionales en la universidad se me fue haciendo más interesante y cuando me tocaba exponer algún tema me apasionaba ese nerviosismo característico que experimentamos los docentes en el desarrollo de nuestras primeras clases.
Cuando termine mi profesión se me presento la oportunidad de ingresar al Colegio de Bachilleres y para mi fortuna impartiendo la asignatura de Informática.
Ser profesor es un gran compromiso ya que uno tiene en sus manos el futuro de las nuevas generaciones; hay que esforzarse diariamente para desarrollar al máximo todas sus capacidades con el propósito de formar ciudadanos íntegros.
Impartir clases en el nivel medio superior es una gran responsabilidad, ya que los alumnos están en la etapa donde empiezan a diseñar su futuro; y un buen docente es un guía un facilitador que los apoya en la construcción de su proyecto.
Se docente es una labor muy gratificante ya que constantemente estamos aprendiendo: nuevas técnicas, estrategias, métodos; y cuando uno se prepara periódicamente e imparte las asignaturas de la mejor manera obtiene el reconocimiento de la sociedad.
Cuando nos apasiona la docencia no existen insatisfacciones, porque lo que nos disgusta: alumnos desinteresados, falta de recursos, mala comunicación, etc. Analizamos las causas, definimos nuevas estrategias, lo superamos y nos fortalecemos.